Una encuesta de Gallup confirma que la confianza en los medios sigue cayendo entre los ciudadanos estadounidenses. Los datos aportan algunas claves de análisis de las próximas elecciones y obligan a repensar qué rol cumplen en las sociedades modernas.
Trust. La confianza no se impone, se inspira. El cerebro humano guarda aún infinitos secretos: no está del todo claro por qué confiamos en ciertas personas e instituciones y tomamos una prudente distancia de otras. Sin embargo, algunos manuales de psicología social arriesgan una fórmula mágica que tiene como ingredientes la autenticidad, la empatía, el rigor lógico y la consistencia entre lo que se dice y lo que se hace. Quizá tengan razón. Y quizá por eso mismo la confianza en los medios de comunicación no para de caer.
Una encuesta reciente de Gallup muestra que solo el 32% de los estadounidenses confía en los medios de comunicación como proveedores de información precisa y justa. Aunque la foto preocupa, lo más grave es la película: según la misma consultora, la confianza en los medios viene en picada desde mediados de los 70 —los dorados años del Watergate—, cuando siete de cada diez norteamericanos pensaban que los medios eran dignos de confianza. Las audiencias se fueron volviendo escépticas desde entonces. Y los medios parecen no encontrar el antídoto.
A días de la elección presidencial en la que se enfrentan Donald Trump y Kamala Harris, algunos otros hallazgos de la encuesta de Gallup arrojan luz sobre el escenario norteamericano:
Republicanos vs. Demócratas. Los simpatizantes de Harris alcanzan un 54% en términos de confianza en los medios. Los votantes de Trump apenas un 12%. Un abismo explicable: con excepción de Fox News y un puñado de cadenas de noticias de menor alcance, el sistema de medios es abrumadoramente demócrata. La polarización no perdona: lo que no confirme el propio sesgo, no merece crédito. A medio país le pasa eso.
Jóvenes vs. Mayores. Los de más de 65 tienden a darles algún crédito a los medios: 45%. Los que tienen entre 50 y 65 años, bastante menos: 33%. Los menores de 49, muy poco: apenas un 26%. Mala noticia para los medios: sus audiencias más fieles se van muriendo. Los jóvenes migran al indómito mundo de las redes sociales, donde se puede interactuar con atenienses y espartanos y el algoritmo insiste en confirmar creencias.
El ranking. ¿En quién confía más la gente? En los gobiernos locales: 67%. O sea, los que hacen alumbrado, barrido y limpieza. Res, non verba. Le siguen los gobiernos estaduales, con el 55%. Después los americanos en general, con el 54%; y más abajo el poder judicial: 48%. Bien por ellos. En la cola, los políticos, el gobierno federal, el Poder Ejecutivo nacional y el Congreso. Al final, rezagados, los medios: 31%. ¿Qué tienen en común los menos confiables? Que dividen.
El reino de las paradojas: la gente confía poco en los medios porque dan una mirada parcial y sesgada de la realidad, y a la vez los medios que tienen audiencias más fieles y robustas son precisamente los que toman partido y confirman los prejuicios de sus seguidores. Aunque irriten al resto. Ni bueno ni malo. La simple realidad.
Juan Iramain
Partener y Director en INFOMEDIA
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